La elección del ex líder estudiantil Gabriel Boric y del independiente de derecha Sebastián Sichel en las primarias presidenciales muestra que los chilenos están optando por un cambio gradual hacia una política más moderada, dicen los analistas.
Las primarias del domingo supusieron un duro golpe para los candidatos más tradicionales de las coaliciones de izquierda y derecha que participaron, así como para los sondeos de opinión.
El diputado Boric, que a sus 35 años apenas cumple la edad mínima para presentarse a la presidencia, derrotó de forma convincente al candidato del Partido Comunista, Daniel Jadue, en las primarias de la coalición de izquierdas.
Sichel, que a sus 43 años era el más joven de los cuatro candidatos de la derecha, dejó en su camino al ultraconservador Joaquín Lavín, que buscaba una tercera candidatura presidencial, así como a los ex ministros del gobierno del presidente conservador Sebastián Piñera, Mario Desbordes e Ignacio Briones.
“Ambos candidatos (ganadores) enfatizan una visión optimista del futuro”, dijo a la AFP Juan Pablo Luna, académico de ciencias políticas de la Universidad Católica de Chile.
“Los que perdieron tenían una visión más … defensiva, más defensora del pasado que del futuro”.
Jadue, alcalde del barrio pobre de Recoleta, en Santiago, lideraba las encuestas desde hace más de un año, pero obtuvo menos del 40% de los votos en la carrera de dos caballos.
Con un 49%, Sichel superó ampliamente al segundo clasificado, Lavín, que en 1999 llegó a la segunda vuelta presidencial antes de perder ante el socialista Ricardo Lagos, con un 31%.
“Es un nuevo ciclo, poco a poco van cayendo los partidos políticos históricos y tradicionales que marcaron la transición a la democracia en Chile” tras el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), dijo a la AFP el coordinador de Ciencias Políticas de la Universidad Diego Portales, Rodrigo Espinoza.
Un “cambio profundo
La participación en las primarias fue alta, con más de tres millones de votantes, la más alta desde que se introdujo el sistema de primarias en 2013.
Estas elecciones se celebraron apenas dos semanas después de que la nueva Convención Constitucional comenzara a trabajar en la reescritura de la Carta Magna de la época de la dictadura.
La campaña de Boric prometió un cambio generacional y un impulso hacia el centro-izquierda.
“La ciudadanía quiere cambios profundos, pero quiere que sean por la vía democrática, por el diálogo y la construcción de mayorías, y Boric es una mejor representación de eso”, dijo a la AFP Pamela Figueroa, académica de la Universidad de Santiago.
Boric dijo que, de ser elegido presidente, encabezará un Estado descentralizado que distribuya el poder de manera equitativa en el país, con una visión ambientalista y feminista, y que enviará las políticas económicas neoliberales “a la tumba”.
Sin embargo, reconoció que su próximo “reto” será fortalecer la unidad dentro de la coalición de izquierda Aprobar la Dignidad, al tiempo que la mueve hacia el centro.
“Lo que tenemos ahora no es suficiente para ganar en noviembre”, dijo Boric.
El modelo neoliberal tiene el mérito de haber convertido a Chile en el país más rico de Sudamérica, aunque también se le acusa de agravar la desigualdad.
La elección de Sichel, abogada y ex ministra de Desarrollo Social en el gobierno de Piñera, representa “una salida del anillo ideológico tradicional de la derecha”, dijo Espinoza.
“Una salida de una derecha conservadora hacia una derecha más liberal”.
“Sichel (…) tenía estrechos vínculos con el centro y ahora, desde una plataforma de centro derecha, fue muy hábil para sortear el puesto del anillo ideológico y decir que no se trataba de una división entre izquierda y derecha, sino más bien de lo nuevo contra lo viejo”.