Los medios egipcios vinculados al Estado han informado que se llevarán a cabo conversaciones indirectas entre las partes en conflicto en Gaza este domingo y lunes. Este ciclo de diálogo se produce a dos años del inicio del conflicto, desencadenado por el ataque del grupo islamista Hamás el 7 de octubre de 2021. Los negociadores de Israel y Hamás se reunirán en Egipto para discutir un plan propuesto por el ex presidente estadounidense Donald Trump, que busca terminar con la guerra y facilitar la liberación de rehenes israelíes.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, anunció que ha instruido a sus negociadores para que resuelvan los «detalles técnicos» del acuerdo propuesto. Egipto ha confirmado que recibirá a una delegación de Hamás para discutir las condiciones sobre el terreno, incluyendo los intercambios de prisioneros. La disposición de Hamás para negociar la liberación de rehenes ocurre en un contexto de presión tanto militar como diplomática, generando un rayo de esperanza para una posible desescalada del conflicto.
A pesar de la intención de avanzar en el diálogo, el conflicto ha continuado. Mientras que Trump ha instado a Hamás a mover rápidamente hacia la implementación de su plan, se reportó que los bombardeos israelíes en Gaza no han cesado. En las últimas 24 horas, se informó de la muerte de al menos 57 personas en Gaza como consecuencia de estos ataques, lo que genera preocupación sobre las consecuencias humanitarias de la situación. Los residentes de Gaza, como Mahmud Al Ghazi, han empezado a cuestionar la efectividad de las negociaciones ante la brutalidad de los sufrimientos que enfrentan.
Las negociaciones se desarrollan en un clima de incertidumbre, ya que mientras las conversaciones están programadas, Israel sigue reforzando su posición militar en la región, lo que complica el panorama. El ejército israelí ha emitido un comunicado que desaconseja a los desplazados regresar a Ciudad de Gaza, advirtiendo que sería «extremadamente peligroso». Esto genera un clima de desconfianza y temor, tanto entre los residentes de Gaza como entre los propios negociadores, que deben lidiar con la volatilidad del contexto.
Por otro lado, la propuesta de Trump ha sido recibida con escepticismo por parte de Hamás, que demanda tener una voz en el futuro de Gaza. Según el plan estadounidense, se contempla desarmar a Hamás y transferir el control de la administración de Gaza a un organismo técnico encabezado por Trump, pero sin la participación activa del grupo islamista. El ataque inicial de Hamás que dio origen al conflicto ha dejado un saldo trágico de víctimas tanto en Israel como en Gaza, complicando aún más cualquier esfuerzo por alcanzar un acuerdo y reconstruir la confianza entre las facciones en guerra.