Las granjas de salmón en Chile enfrentan tiempos complejos mientras buscan estabilizar su producción y cumplir con la creciente demanda global. Con un total de 1,343 granjas diseminadas a lo largo de la costa sur del país, la industria del salmón chileno es vital tanto para la economía local como para el mercado internacional, especialmente en Estados Unidos. Las declaraciones de Francisco Lobos, director corporativo de Multi X, resaltan cómo la cría del salmón ha sido un motor de desarrollo económico en la región, transformando la vida de muchas familias que ahora cuentan con mejores oportunidades laborales y servicios cercanos gracias a este auge industrial.
Sin embargo, la industria no está exenta de controversias, ya que muchas de las granjas operan en zonas que se consideran ambientalmente sensibles. En particular, se han denunciado 408 concesiones de cría de salmón otorgadas en reservas y parques nacionales. Este hecho ha generado una intensa discusión sobre la sostenibilidad de las prácticas de acuicultura y su impacto en los ecosistemas marinos. Flavia Liberona, directora ejecutiva de la fundación Terram, enfatiza la necesidad de reubicar estas granjas y proteger el hábitat de la Patagonia, donde se concentra la mayoría de las instalaciones de salmón en Chile.
La situación se complica aún más ante la creciente demanda global de salmón de cultivo, que se estima aumentará en un 40% para 2033. Los productores chilenos, representados por figuras como Arturo Clements de Salmón Chile, exigen una revisión de las regulaciones actuales para facilitar una expansión sostenible de la industria. La caída leve en la producción del año anterior resalta la tensión entre la necesidad de crecimiento económico y la conservación ambiental, dejando a los actores de la industria con un dilema difícil de resolver. Clements señala que los obstáculos regulatorios han limitado el potencial de crecimiento de las granjas, sugiriendo la urgencia de una estrategia clara de largo plazo por parte del gobierno.
El gobierno chileno, a través de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura, está consciente de estos problemas y busca avanzar en la normativa de acuicultura. El subsecretario Julio Salas Gutiérrez mencionó que se han llevado a cabo esfuerzos para abordar el tema de la reubicación de concesiones de salmón, aunque reconoció que el proceso es complejo y requiere tiempo. La incertidumbre en relación a la regulación y las próximas elecciones generales en Chile podrían influir en los planes de la industria y en su capacidad para adaptarse a un entorno en evolución.
La industria del salmón en Chile se encuentra en un cruce crítico entre la necesidad de expansión y la urgencia de abordar preocupaciones ambientales. La colaboración entre los productores, entidades gubernamentales y grupos ambientalistas será crucial para encontrar un equilibrio que promueva tanto el crecimiento económico como la protección de los ecosistemas marinos. El futuro del salmón chileno dependerá no solo de las decisiones que tomen los actores de la industria, sino también de la respuesta del gobierno y la sociedad ante los desafíos de sostenibilidad que enfrentan.








