En los últimos años, hemos sido testigos de un cambio notable en la perspectiva de los ciudadanos chilenos hacia la inversión y la migración. A medida que Chile enfrenta desafíos económicos y sociales, muchos han reconsiderado su futuro y buscan estabilidad en el extranjero, especialmente en Estados Unidos. Esta tendencia no solo se ha materializado en las decisiones de grandes empresarios, sino que ha permeado a niveles más amplios de la población, donde la inversión como vehículo de migración se está convirtiendo en una opción habitual para diversificar sus patrimonios y asegurar un mejor bienestar para sus familias.
La percepción de Chile como un refugio económico seguro ha sido erosionada debido a diversos factores como el estallido social y la pandemia, que han hecho que los ciudadanos cuestionen su entorno social y legal. La falta de previsibilidad en el ámbito jurídico y tributario ha fomentado un ambiente de incertidumbre que motiva a un número creciente de chilenos a explorar oportunidades en el extranjero. Estados Unidos, con su derecho de propiedad sólido y un marco legal atractivo para los inversores, ha emergido como la opción preferida para aquellos que buscan una vida más estable y con posibilidades de crecimiento.
Es importante destacar que este movimiento no se limita a las grandes inversiones. Existen opciones formales como la visa EB-5, que requieren inversiones significativas que impulsen el empleo dentro del país, así como alternativas más accesibles como el visado E-2. Estas visas han permitido a muchos emprendedores chilenos establecer negocios en Estados Unidos con inversiones que, aunque menos voluminosas, son igualmente significativas y viables. Así, el fenómeno se democratiza, abriendo caminos no solo para las élites económicas, sino también para los profesionales en busca de nuevas oportunidades.
Surge también un dato relevante: Chile comparte con Singapur un tratado que facilita el acceso a visas para profesionales calificados, una herramienta que, sin embargo, aún no ha sido utilizada en su máximo potencial. Esta realidad ofrece enormes posibilidades para técnicos y especialistas que pueden construir un futuro en EE.UU. a través de su talento, con la debida planificación y respaldo. Este tipo de estrategias de migración integral está permitiendo que un sector amplio de la sociedad chilena reevalúe su lugar en el mundo, mirando con interés hacia el capital y el emprendimiento como medios para alcanzar sus objetivos.
Finalmente, la diversificación de inversiones hacia Estados Unidos es más que una simple estrategia económica; es un reflejo de una nueva realidad en Chile. Una élite de empresarios que ya no teme salir de la zona de confort nacional y una clase media-alta que ve el extranjero como un camino viable para un futuro mejor. Sectores como bienes raíces y servicios están siendo explorados por chilenos que reconocen en la inversión en EE.UU. una oportunidad de crecimiento personal y profesional. La inversión como herramienta migratoria ha llegado para quedarse, marcando un giro significativo en la narrativa económica y social del país.








