En conmemoración del Día Internacional de la Mujer Emprendedora, celebrado cada 19 de noviembre, el Centro de Emprendimiento Colbún (CEC) resalta el valioso trabajo de cuatro mujeres del Biobío que, con esfuerzo y dedicación, han transformado sus comunidades a través de la gastronomía, la salud, la artesanía y la producción cervecera. Estas emprendedoras no solo han creado negocios sostenibles, sino que también han demostrado ser agentes de cambio en sus localidades, inspirando a otras mujeres a seguir sus pasos. La directora del CEC, Vanessa Verdugo, enfatiza la importancia de visibilizar y respaldar el talento femenino que existe en la región, resaltando el papel fundamental que juegan estas emprendedoras en el desarrollo económico y social del Biobío.
Uno de los destacados ejemplos es María Angélica, quien hace 16 años fundó Comecome, un restaurante en Santa Bárbara que se ha convertido en referente de la comida rápida con un toque local. Con un menú que incluye platos tradicionales como completos y empanadas caseras, María Angélica ha logrado mantener un compromiso con la calidad utilizando productos de la zona. Ella comparte que el camino del emprendimiento puede ser desafiante para las mujeres, pero su perseverancia y voluntad de mejorar constantemente son lo que la han llevado al éxito. «Mi meta es seguir creciendo y fidelizando a nuestros clientes», asegura la propietaria, quien ha sabido convertir su pasión por la gastronomía en un negocio próspero.
Otro caso notable es el de Carol Moncada, quien, como fonoaudióloga, decidió crear Audicor, un centro auditivo que lleva servicios de salud a comunidades del Biobío. Con enfoque en la atención personalizada y el acceso a tecnología de última generación, Carol trabaja para eliminar las barreras que enfrentan los pacientes, que a menudo deben viajar a otras ciudades para recibir atención. Para ella, las dificultades han servido como motivación para innovar y expandir sus servicios. «Nuestro objetivo es ser un referente en soluciones auditivas accesibles, apoyando incluso a quienes enfrentan dificultades económicas», destaca Carol, mostrando su compromiso con el bienestar de su comunidad.
Desde el mundo de la cervecería, Alejandra Ortiz ha logrado convertir su curiosidad en una exitosa marca de cerveza llamada Huequecura. Inspirada en la mitología mapuche y el uso de aguas cordilleranas del Biobío, esta emprendedora ha tenido que enfrentarse a los desafíos de un mercado competitivo, enfatizando la importancia de la innovación constante. «He aprendido que la creatividad es clave en este rubro, y más allá de cualquier estereotipo de género, estoy orgullosa de lo que he logrado», afirma Alejandra, quien ha ampliado su negocio al abrir un restaurante especializado en carnes ahumadas, integrando así su amor por la cocina.
Finalmente, la historia de María Patricia Baquedano resalta cómo la artesanía puede ser tanto una forma de terapia como un medio para rescatar la cultura local. Después de un accidente laboral, encontró en la creación de Artesanías Kurakurü un nuevo propósito, dedicándose a preservar la historia minera de Coronel a través de sus obras. A pesar de los obstáculos que ha encontrado en su camino, María Patricia está decidida a ver su emprendimiento reconocido como un ícono artesanal de la región. «La perseverancia es fundamental en todo emprendimiento, y estoy convencida de que Kurakurü puede marcar la diferencia en nuestra comunidad», comparte, reafirmando su compromiso con el rescate patrimonial.








