El gobierno de Perú ha anunciado su decisión de priorizar una serie de proyectos mineros en la región de Cajamarca, que representan inversiones cercanas a los 12.000 millones de dólares. Estos proyectos forman parte de una ambiciosa cartera de 31 iniciativas estratégicas que, en conjunto, suman un total de 19.201 millones de dólares e incluyen sectores fundamentales como el transporte, la energía, el saneamiento, la salud, la agricultura y la educación. La medida es vista como un paso crucial en la estrategia del gobierno para potenciar el crecimiento económico y facilitar la inversión en el país.
José Salardi Rodríguez, ministro de Economía y Finanzas, destacó la importancia de contar con un Estado que regule «con inteligencia», al tiempo que respete el medio ambiente y el patrimonio cultural de Perú. Esto sugiere un enfoque equilibrado entre la promoción de inversiones y la conservación de recursos naturales. Durante la presentación de la cartera de proyectos en Cajamarca, Salardi hizo hincapié en la necesidad de implementar reformas que simplifiquen la obtención de permisos ambientales, arqueológicos y prediales, facilitando así el avance de las iniciativas en diversos sectores.
Entre los proyectos prioritarios se encuentran varias iniciativas mineras significativas. La Reposición Tantahuatay, con una inversión de 127 millones de dólares, está en la etapa de ingeniería de detalle. Asimismo, el proyecto Coimolache Sulfuros, que requiere 598 millones de dólares, se encuentra en etapa conceptual, mientras que el ambicioso proyecto Michiquillay, de Southern Copper, está previsto para llevar una inversión de 2.500 millones de dólares también en etapa conceptual. Estas iniciativas, junto con otros proyectos cupríferos en desarrollo, podrían transformar el panorama económico de la región.
El Galeno, un proyecto greenfield de 3.500 millones de dólares desarrollado por Lumina Copper, ha alcanzado la etapa de prefactibilidad y cuenta ya con su instrumento de gestión ambiental aprobado, lo que representa un avance significativo hacia la inversión sostenible en el sector. Otro proyecto relevante es La Granja, que con un presupuesto de 2.400 millones de dólares, también está en etapa conceptual, sumándose a la lista de iniciativas que podrían impulsar la economía regional. Además, se destaca la Reposición Shahuindo, y el proyecto Yanacocha Sulfuros, ambos en diferentes etapas de desarrollo, aumentando la expectativa en el sector minero.
Una mención especial merece el proyecto Conga, que, aunque suspendido desde 2012 por conflictos con las comunidades locales, presenta una inversión estimada en 4.800 millones de dólares. Este proyecto ha sido objeto de controversia y refleja las tensiones entre las empresas mineras y las poblaciones locales. Sin embargo, el gobierno busca reactivar el interés en este tipo de proyectos, elevando el perfil de Cajamarca como un centro estratégico para la minería. La visión del gobierno es clara: transformar las posibilidades de inversión en la región, ofreciendo beneficios económicos sostenibles, mientras aborda los desafíos sociales y ambientales que la actividad minera conlleva.








