La reactivación de la planta Cerro Dominador, ubicada en la Región de Antofagasta, se perfila como un proyecto estratégico para la economía local, al buscar optimizar la producción minera en el área. La iniciativa, impulsada por Salva-21 SpA, ha presentado su Declaración de Impacto Ambiental (DIA) ante el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de Antofagasta, lo que representa un avance significativo hacia la reanudación de actividades que se detuvieron hace casi una década. El proyecto contempla una inversión de US$3 millones y tiene como objetivo dar continuidad a las operaciones de una planta que ha funcionado intermitentemente desde 1991, dedicándose al procesamiento de escorias provenientes de la Fundición Chuquicamata.
La planta Cerro Dominador cuenta con dos instalaciones fundamentales: una planta concentradora y una planta de lixiviación, las cuales fueron completamente operativas hasta 2013. Esta detención de actividades se debió a la falta de abastecimiento de escorias, lo que llevó a la quiebra de la planta y a su posterior administración por síndicos hasta que en 2021 Salva-21 SpA decidiera adquirirla. Esta nueva administración ha permitido un reinicio de operaciones a escala piloto, donde ya se están procesando relaves y escorias, aunque a niveles inferiores a la máxima capacidad de diseño de la planta.
Salva-21 SpA no solo se ha limitado a reactivar las instalaciones, sino que también ha emprendido investigaciones y estudios metalúrgicos para garantizar la viabilidad económica del proyecto. En este sentido, la empresa ha estado desarrollando un nuevo proceso para el procesamiento de borras y polvos de fundición, lo que representa una innovación en la forma en que se puede aprovechar el material residual de la minería. Este esfuerzo incluye la factibilidad de procesar borras de lixiviación de Ecometales, lo que potencialmente podría llevar a la producción de concentrados de cobre con un bajo contenido de arsénico, valorados en el mercado por su menor toxicidad.
La importancia de este proyecto trasciende lo económico, ya que se estima que la reactivación de la Planta Cerro Dominador puede generar empleos directos e indirectos en la región. El sector minero ha sido una fuente crucial de ingresos y desarrollo para Antofagasta, y su reactivación contribuye a fortalecer este sector en un momento donde las economías locales buscan recuperarse tras los embates de la pandemia. Según voceros de Salva-21 SpA, la continuidad operacional no solo beneficiará a la empresa, sino que también a toda la comunidad de Sierra Gorda, que ha dependido históricamente de la minería.
Finalmente, el avance del trámite de la DIA resalta la deuda y la importancia de procesos de evaluación ambiental eficientes para proyectos mineros en Chile, donde la sustentabilidad y el respeto al medio ambiente son críticos. La iniciativa de Salva-21 SpA debe cumplir con rigurosas normativas y análisis que garanticen que la reactivación de la planta se realice de manera responsable y sostenible. Este proyecto no solo marca un paso hacia la reactivación de la minería en la región, sino que también plantea un modelo que podría replicarse en otras zonas de Chile, donde la industria minera requiere adaptación y renovación.








