Entre las razones más comunes para el envío de remesas familiares se encuentran los mensajes de apoyo que envían los migrantes a sus seres queridos, el ahorro y los pagos de servicios. Con el aumento del trabajo remoto y las dinámicas digitales, se ha evidenciado una creciente necesidad de enviar dinero a casa. Esta semana, al conmemorarse el Día Internacional de las Remesas Familiares de la ONU, se destaca el sacrificio de millones de migrantes que, a través de las remesas, brindan un soporte económico importante para sus familias en sus países de origen.
De acuerdo con un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las remesas enviadas desde la región a Latinoamérica oscilan entre USD $131 y USD $648 mensuales, representando entre el 6% y el 23% de los ingresos para los migrantes. En Chile, la población extranjera alcanzó 1.919.583 personas en 2023, lo que equivale al 9,9% de la población total. Un informe del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) reveló que, a comienzos de 2024, aproximadamente 1.020.000 migrantes estaban trabajando en distintas modalidades laborarles, poniendo en evidencia que la mayoría de quienes llegan al país lo hacen por motivos económicos.
En este contexto vital, la fintech chilena Global66 ha resaltado la importancia de las remesas enviadas desde Chile como un medio para impulsar la movilidad económica, la educación y el emprendimiento en la región. En los últimos seis meses, el monto total transferido por concepto de remesas familiares superó los 58 millones de dólares. Los principales destinos para estos envíos son Estados Unidos, Colombia y España, siendo Estados Unidos el líder indiscutido con más de USD $172 millones recibidos hasta la fecha.
Los principales motivos para enviar dinero desde Chile son, en primer lugar, la ayuda familiar, que reunió más de USD $83 millones, seguida por ahorro y otros conceptos personales, que sumaron más de USD $62 millones. Los pagos por servicios profesionales y freelance también han tenido un gran peso, con más de USD $26 millones. Asimismo, el envío para estudios y la compra de mercancías reflejan un amplio espectro de razones que explican el flujo de remesas, evidenciándose así la pluralidad de perfiles de usuarios, desde jóvenes estudiantes hasta trabajadores establecidos.
No obstante, este sistema de remesas enfrenta retos importantes. Los altos costos de envío, que oscilan alrededor del 6% en promedio global y en algunas regiones llegan a superar el 9%, así como el limitado acceso a soluciones digitales en ciertas áreas, dificultan el proceso. La reciente propuesta del expresidente Donald Trump de imponer un impuesto del 3,5% a las remesas enviadas desde Estados Unidos a personas no estadounidenses podría complicar aún más la situación. En este panorama, Tomás Bercovich, CEO de Global66, reafirma el compromiso de la empresa de mantener comisiones promedio del 2,8% y de facilitar el envío de dinero, un acto que sostiene hogares y economías enteras.








