La familia del teniente de policía Virgilio Rafael Cruz Aponte, quien fue una de las víctimas del trágico colapso del techo del club Jet Set en la República Dominicana, ha dado el primer paso legal al presentar cargos contra los propietarios del local. Los Cruz Aponte han demandado por homicidio involuntario a Antonio Espaillat, propietario del club, así como a sus gerentes, alegando que su negligencia fue una de las causantes de este fatal accidente que ha dejado un saldo lamentable de 231 fallecidos. A medida que la noticia del incidente se propaga, otras familias afectadas han manifestado su intención de seguir el mismo camino legal, lo que podría desencadenar un proceso judicial prolongado y complejo.
Las autoridades locales han comenzado una investigación exhaustiva sobre las causas del colapso, un proceso que se espera dure varios meses. Un abogado de la familia Cruz Aponte ha añadido que también se ha acusado al gobierno municipal de desidia por no garantizar que las normas de seguridad se cumplieran en ese establecimiento. La ministra del Interior, Faride Raful, actualizó la cifra de muertos a 231, afirmando que cinco personas más han sucumbido a sus lesiones, mientras que 189 sobrevivientes lograron ser rescatados entre los escombros. La devastación se hace cada vez más palpable a medida que se revelan más detalles sobre la tragedia.
El fatídico suceso ocurrió durante un concierto donde el reconocido merenguero Rubby Pérez se encontraba actuando. El colapso del techo no solo se cobró la vida de Pérez, quien era un ícono musical, sino también del saxofonista de su banda. Sin embargo, no todos los artistas fueron víctimas; su hija, Zulinka, quien formaba parte del grupo como cantante de respaldo, logró escapar de los escombros. Esta situación ha dejado a su familia y a la comunidad musical dominicana en profundo duelo, ya que la pérdida de vidas en un evento de celebración es un golpe devastador.
El impacto de esta tragedia no se limita a la República Dominicana; ha resonado en las comunidades dominicanas del extranjero, especialmente en la ciudad de Nueva York. Entre los fallecidos se encuentran ciudadanos de diferentes nacionalidades, lo que ha llevado al Departamento de Estado de EE. UU. a confirmar que varios estadounidenses también han perdido la vida en el incidente. Este siniestro ha afectado a muchos, generando un sentido de unidad y luto entre los dominicanos en el exterior, quienes se sienten profundamente conectados con su tierra natal en momentos de crisis.
El alcalde de Nueva York, Eric Adams, ha expresado su cercanía con la comunidad dominicana al visitar el lugar de la tragedia en Santo Domingo. En sus declaraciones, Adams mencionó: «No son meramente mis residentes, los he considerado mi familia. ¿Y qué hacen los miembros de la familia en momentos de duelo? Lloran contigo». Este mensaje de solidaridad subraya el impacto emocional y humano de la tragedia, recordando a todos la fragilidad de la vida y la importancia de la comunidad en tiempos de sufrimiento.