Damasco, 3 de mayo (Prensa Latina) — Más de 200 vehículos militares retirados por la coalición internacional liderada por EE. UU. han abandonado recientemente dos bases estratégicas en la provincia de Deir Ezzor, situada al noreste de la capital siria. La retirada, ejecutada el sábado, marca un momento significativo en la reconfiguración de la presencia militar estadounidense en Siria, destacando la evolución de las operaciones en una región que ha sido escenario de intensos conflictos.
Las fuentes informan que la retirada se llevó a cabo desde las bases establecidas en los campos petroleros de Koniko y Al-Omar, donde las fuerzas estadounidenses habían mantenido una importante operación en el área que alberga recursos petroleros críticos. La salida de los vehículos se realizó en formaciones cuidadosas y bajo un fuerte resguardo militar, lo que indica no solo la importancia de la seguridad en el proceso, sino también las crecientes tensiones en el entorno operativo en el noreste sirio.
Este movimiento se produce en medio de una serie de cambios estratégicos, ya que el Pentágono había anunciado previamente su intención de redeplegar sus tropas en Siria. En las últimas semanas, se ha informado del cierre de tres bases y una reducción significativa en el número de tropas estadounidenses, que ha caído de aproximadamente 2,500 a 1,000 efectivos. Esta reducción es parte de un plan más amplio para reorientar las operaciones militares y adaptarse a la dinámica cambiante en la región.
Por otro lado, las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), que operan bajo el auspicio de Washington, han confirmado que las tropas estadounidenses se están trasladando hacia cinco bases principales en el noreste de Siria. La mayoría de estas instalaciones se concentran en la gobernación de Hasakeh, lo que sugiere un replanteamiento de la estrategia militar con el objetivo de consolidar la presencia militar y fortalecer la seguridad en una región que sigue siendo volátil.
La retirada de estos vehículos plantea interrogantes sobre la futura política militar de EE. UU. en Siria y el impacto que tendrá en las dinámicas de poder locales. A medida que se observan movimientos estratégicos, tanto los aliados como los adversarios de Washington en la región estarán vigilantes ante cualquier indicio de cómo se desarrollará la situación en el futuro, particularmente en un contexto donde el control de los recursos petroleros sigue siendo un tema central en el conflicto sirio.